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LA ANSIEDAD

Chica sufriendo ansiedad
Chica comiendose las uñas sufriendo ansiedad

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La ansiedad es un estado emocional percibido como desagradable, caracterizado por varios de los siguientes síntomas:

 

  • Preocupación

  • Estado de alerta

  • Tensión muscular

  • Hiperactividad

  • Angustia

  • Bloqueo

  • Inquietud

  • Inseguridad

  • Sensación de pérdida de control

  • Palpitaciones

  • Hiperventilación

  • Sudoración

  • Sensaciones gástricas

  • Aumento de consumo de sustancias (comida, bebida, tabaco, etc.)

 

La pregunta ¿Tengo ansiedad? debería contestara un psicólogo tras una evaluación.

Conviene diferenciar el estado de ansiedad del funcionamiento sano de las emociones de miedo y rabia que nos facilitan nuestra supervivencia.

 

LAS EMOCIONES DE MIEDO Y RABIA: CLAVES DE LA SUPERVIVENCIA

 

Para entender el concepto de ansiedad, primero es necesario referirnos a dos de las emociones básicas: el miedo y la rabia. Estas emociones trabajan desde la parte de nuestro cerebro más ancestral y que compartimos con todos los animales, el cerebro reptiliano, y su misión es nuestra supervivencia.

 

MIEDO: es la emoción que sentimos cuando estamos ante un peligro que nos amenaza. Esta emoción me pone en estado de alerta paralizándome y agudizando mis sentidos con el fin de que pueda evaluar de forma inmediata la amenaza.

Tras la evaluación de la amenaza que realiza el miedo, el cerebro reptiliano en cuestión de microsegundos puede decidir que sigamos paralizados (para que no nos vean), o disparar la emoción de la rabia (para luchar o huir).

 

RABIA: es la emoción que surge cuando el cerebro inconsciente decide que es necesaria una explosión de energía inmediata para la supervivencia, una descarga de adrenalina para luchar o huir.

Puesto que son emociones compartidas con los animales, veamos el ejemplo de un conejo que escucha un ruido entre los matorrales. Lo primero que se le despierta es el miedo y automáticamente se queda paralizado, se le ponen tiesas las orejas y se le dilatan las pupilas para poder captar el máximo de información del entorno. El conejo se queda al acecho: sigue inmóvil porque puede ser mejor pasar desapercibido. Pero en el momento que percibe que el ruido se dirige hacia él, se le dispara la emoción de rabia para sobrevivir y salir huyendo: se le acelera el corazón para bombear más sangre, hiperventila para disponer de más oxígeno, se tensan sus músculos para correr a toda velocidad y suda para mantener su temperatura. En ese momento ya no siente miedo, solo rabia.

MIEDO                              RABIA

Una vez que el conejo ve que el depredador se ha quedado atrás y ya no le hace caso, la rabia le desaparecen y el conejo vuelve a su vida habitual. Gracias a estas dos emociones, el conejo ha sobrevivido.

 

Podemos observar que todos los síntomas de la ansiedad que relacionábamos en el primer apartado son los que le aparecían al conejo del caso anterior, salvo el que se refiere a las preocupaciones. Un conejo nunca se preocupa, vive con lo que hay en cada momento.

 

EL ORIGEN DE LA ANSIEDAD

 

Frente a los animales, los seres humanos han desarrollado una parte del cerebro, el neocórtex, que les permite pensar, imaginar y proyectar el futuro. El neocórtex está conectado con el cerebro animal que regula las emociones, lo cual hace que las personas puedan sentir emociones a partir de los pensamientos. El ser humano puede preocuparse, sentir miedo anticipando situaciones que no están pasando ahora mismo, interpretar como peligros o amenazas muchas situaciones que realmente no son básicas para su supervivencia natural: miedo a perder el trabajo, miedo a que nuestros hijos se descarríen, miedo a que nuestra pareja nos abandone, miedo a no ser querido, miedo a no tener suficiente dinero, miedo a no ser aceptado, etc. Y en la mayoría de las ocasiones nuestro miedo y nuestra rabia se disparan como consecuencia de inseguridades que no siempre somos conscientes de tener.

 

Como hemos visto en el apartado anterior, el miedo nos paraliza para que evaluemos la situación, y a continuación se dispara la emoción de la rabia, dando origen así a todos los síntomas de la ansiedad entre las dos. Lo veremos más fácilmente si los clasificamos en la siguiente tabla:

 

¿CÓMO SABER SI TENGO ANSIEDAD?

Síntomas de la ansiedad

Por lo tanto, la ansiedad habitualmente está originada por pensamientos irracionales que sobredimensionan y distorsionan la situación real, haciéndonos sentir una mezcla de miedo y rabia. Como el miedo nos paraliza y la rabia nos empuja a la acción, y ambas emociones se dan a la vez, esto sería como acelerar a tope un coche con el freno de mano puesto, dando como resultado un ataque de ansiedad.

Cuando el estímulo es real y éste desaparece (el depredador del conejo abandona la persecución), la emoción desaparece poco después. Pero si no hay estímulo real y solo hay pensamientos, y éstos permanecen en el tiempo, el miedo y la rabia también permanecerán, pasando de tener un episodio de ansiedad a vivir en un estado de ansiedad.

TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD - AYUDA PARA LA ANSIEDAD

 

Los tratamientos enfocados únicamente a combatir los síntomas fisiológicos, por ejemplo a base de ansiolíticos, no son eficaces a medio plazo ya que no abordan la raíz del problema.

 

El tratamiento de la ansiedad que desde Atulado Psicólogos, Psicologo Hortaleza, proponemos va a ser único e individual, abordando el problema desde dos vías en paralelo:

 

1) Controlar la ansiedad. Reducir los síntomas de forma inmediata, entrenando la relajación a través de técnicas de respiración y mindfulness

 

2) Descubrir y sanar la raíz del problema de ansiedad a través de:

 

  • Entrenamiento para aumentar la autoconciencia

  • Reestructurar los pensamientos que disparan la ansiedad

  • Gestión de las preocupaciones

  • Gestión de las emociones

  • Prevención de las posibles recaídas

¡La ansiedad se puede tratar!

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